Cómo gestionar nuestras emociones con la familia durante el aislamiento social
- Laura Pitarque
- 18 mar 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 6 abr 2020
En estos días hay personas que están viviendo al límite, no solo por la incertidumbre de una pandemia, sino por la imposibilidad de manejar el estrés o el pánico debido a tantos frentes que se nos presentaron abruptamente; La dificultad de conseguir suficiente comida o insumos, el riesgo que supone para muchos conservar el empleo, la crisis económica que todo esto va a desencadenar en los próximos meses y tantas situaciones más. Aunado a ésto, nos encontramos con el país paralizado, las calles vacías, comercios cerrados y algo que jamás esperábamos: pasar muchos días en casa sin poder salir.
Todo esto puede ser muy difícil de manejar, pero si nos ponemos a pensar, este aislamiento puede ser una oportunidad para reflexionar, para re-conectarnos con nosotros mismos y con nuestra familia, y para observar nuestra dinámica con los demás.
Sea cual sea el rol que nos toca desempeñar en estos días, aunque parezca complicado se podría decir que dentro de todo lo negativo que hay alrededor, nos dieron un regalo envuelto en retos pero que nos invita a buscar el silencio en nuestro interior, a dar y darnos tiempo.
Ahora te presento algunos puntos a reflexionar durante estos días:
1. Se consciente que al estar en aislamiento estás contribuyendo a salvar vidas (puede que la tuya también) y estás ayudando al ambiente a regenerarse. Así que cada vez que sientas aburrimiento, piensa que estás haciendo algo importante.
2. Estamos tan acostumbrados a correr, a llevar prisa que esta pausa obligada puede ser un momento para hacer cosas que hemos dejado de lado, por ejemplo: ordenar la casa, leer libros, ver pelis, cocinar, hacernos mascarillas, retomar pasatiempos, hacer juegos en familia, entre tantas otras cosas. Debemos centrarnos para estar tranquilos y así poder tomar buenas decisiones para nosotros mismos, para los demás y para pasar unos días más agradables y más productivos.
3. Debemos comprender y tener claro que dentro de la familia, cada uno tenemos distintos códigos, vivencias, cargas emocionales y actuamos y reaccionamos acorde a esto. Solemos interpretar la reacción de los otros según nuestra propia interpretación.
Teniendo esto en cuenta debemos procurar el diálogo, si es necesario poner límites, horarios y responsabilidades, vale la pena hacer pequeños esfuerzos que luego se traducirán en una relación armoniosa y que pongan en valor el trabajo conjunto.
4. Debemos prestar atención: Se consciente de tu dialogo interior y si tienes que mejorarlo, hazlo. Muchas veces al reconocer nuestros sentimientos y escuchar lo que nos dice nuestra cabeza, damos un paso para el autoconocimiento. Debemos ser conscientes que al no estar acostumbrados a reconocer nuestras emociones, muchas veces podemos confundirnos y sentir que estamos enfadados, cuando en realidad si entramos más profundo en ese sentimiento podemos descubrir que lo que sentimos es tristeza. Además, si ponemos atención a nuestros pensamientos repetitivos, vamos a darnos cuenta que siempre nos escuchamos diciéndonos una, dos o tres frases todos los días.
De nosotros depende conocer si nuestras emociones son positivas o negativas, si nos ayudan o hacen el efecto contrario. De ahí, lo importante de reconocer nuestros sentimientos e identificar en qué parte del cuerpo (localizar la sensación) y sentirla. Si sientes que esto que te cuento es demasiado grande, si lo ves exagerado, tal vez una tontería, o te da miedo, o no sabes cómo hacerlo, yo te puedo ayudar, me puedes contactar y te puedo acompañar en todo este proceso.
5. Recordemos algo que nos enseñaron de pequeños pero se nos ha olvidado con el tiempo y que en estos días muchas personas están recordando: DAR LAS GRACIAS.
Sabemos que en nuestro país ahora estamos reconociendo la gran labor de médicos, de bomberos, policías, personas que trabajan en supermercados, los transportistas, y una larga lista de valientes que hacen que estemos seguros en casa. Pero este gesto tan maravilloso, también lo debemos hacer dentro de la familia, con nuestros amigos, colegas y vecinos, porque son personas que están allí y que siempre han estado. Este sentimiento nos enseña a descubrir que es hora de valorarnos, de ser empáticos y de abrir los ojos y darnos cuenta que vivimos en un maravilloso país, que está hecho por personas fuertes, solidarias y valientes, y por eso debemos estar orgullosos y tener la certeza que saldremos adelante.
Para acompañar esta reseña os comparto este enlace de Elsa Punset "la Prueba del Vecino".
https://www.protocolo.org/miscelaneo/videos/la-prueba-del-vecino-relaciones-familiares-y-vecinales.html
Comments