Luchar es siempre la solución?
- Laura Pitarque
- 27 oct 2023
- 3 Min. de lectura
Cuando luchamos lo hacemos o porque pensamos que no tenemos otra opción o porque no sabemos hacerlo de otra forma.
Tendemos a utilizar lo que hemos aprendido en la vida, lo que hemos memorizado. Utilizamos nuestra cabeza para dar solución a las situaciones que nos vienen. Luego trazamos un plan y esperamos llegar a nuestro objetivo. Pero en ocasiones no ocurre, y ahí es cuando empezamos a luchar, empujando y sin parar hasta lograrlo como sea.
Cuando luchamos excesivamente podemos obtener lo que buscamos, pero no lo vamos a disfrutar, porque creemos que si no obtenemos lo que buscamos no tenemos valor, no existimos, somos invisibles, nadie nos valora.
En el nivel emocional, la lucha no es una opción. Si luchas mucho por algo, es porque hay algún conflicto emocionalque te lo impide.
Por ejemplo, si el objetivo es llevarse bien con la pareja y luchamos por eso, hacemos un tremendo esfuerzo por eso, eso significa que hay un conflicto que me lo impide.
Si luchamos para obtener lo que deseamos, en realidad lo que estamos haciendo es alejarnos de nuestros sentimientos y queremos a la fuerza llegar a nuestro objetivo.
Vivir la vida como una lucha cotidiana, nos indica una gran desconexión con nuestros sentimientos, una desconexión de nuestra realidad.
Las situaciones te envuelven de tal forma, como la publicidad excesiva, que al final pierdes la tranquilidad para ver qué sientes en tu interior. No podemos cambiar lo que está ocurriendo fuera, pero si podemos aprender de lo que está ocurriendo en nuestro interior.
Tienes la sensación de que nunca puedes bajar la guardia, sientes que hoy u otro día va a haber algún problema, siempre con angustias, desesperaciones, que las vivimos como si se nos fuera la vida. Nos pasamos la vida queriendo que todo esté bien, que nosotros estemos bien, pero siempre estamos pendientes de lo que pasa fuera y no de lo que pasa dentro.
La lucha te impedirá sumergirte en el fondo del problema. En el fondo tienes la respuesta. En la forma tienes la expresión del fondo, que muchas veces es totalmente distinta al fondo.
Si nos dedicamos a combatir la superficie no lograremos nada, ni sanaremos nada. La parte superficial no te deja aprender nada.
Una de las luchas más fuertes que siente la persona es la lucha entre el pensamiento y el sentimiento. Tenemos las dos partes. Uno quiere sentir y lucha por sentir, pero no se puede luchar por sentir. No se pueden controlar las emociones. Si utilizas la mente, desconectas de la emoción, que puedes contener, pero no controlar.
Las emociones están hechas para sentirlas, tampoco para controlarlas y si en algún momento te estallan, se puede gestionar. El problema es que no te das cuenta de todo lo que ha habido antes de llegar a ese punto de estallido. La propia lucha te impedirá acceder a tus emociones.
Uno piensa, cómo puedo llegar a la emoción? No se puede pensar. La emoción se siente, son sensaciones y sentimientos. Lo que hay que hacer es dejar el espacio, soltar un poco y bucear en la emoción.
Es difícil acceder a un sentimiento cuando lo intentamos con fuerza, porque intentarlo con fuerza no tiene ningún sentido. Intentar es hacerlo una vez más con los mismos mecanismos que antes. Así que no intentes las cosas. Aprende a tener recursos que te ofrezcan posibilidades para obtener la respuesta en esa situación. La respuesta la tienes tú, si tienes recursos. Si no tienes recursos, responderás desde el mismo punto que siempre. Y luego creerás que no eres capaz, que no vales.
Cuando estés llegando al tope, pide ayuda antes de entrar en una situación caótica.
Deja de sobrevivir y empieza a vivir.
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